Omar y Dafne

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Omar y Dafne

Era el año de 1998, en la ajetreada e insegura ciudad de México, un par de jóvenes estaban a punto de cambiar sus vidas…

Para siempre…

Omar, ese es mi nombre, en la prepa me decían Mike, por el parecido con algún personaje de no se que película gringa, apodo que debo al ingenio, de Arturo, compañero de grupo; recuerdo las cascaritas en el campo de la preparatoria, siempre lleno de tierra y siempre lleno gente, a mi profesora de inglés, Georgina Duarte, estudió en la UNAM filosofía, y por azares del destino terminó dando clases de inglés, a un grupo de jóvenes, cuando su esposo, un exitoso Antropólogo, murió en un accidente automovilístico, a los 32 años; ella siempre decía: “No crean que cuando lleguen a ser doctores o ingenieros van a acabar sus días difíciles, éstos apenas comenzarán, tal vez el destino los lleve por otros rumbos, lo importante, es mantener el temple y nunca olvidar la esencia de las cosas” lo tengo bien grabado por que fue en ese preciso instante cuando vi los ojos mas bellos que existen en este planeta, los ojos de Dafne.

Dafne Villaseñor, una chica de familia adinerada, vivía en la colonia Lomas de Chapultepec, su padre trabajaba en la empresa mas importante de radio del país, dueño de varios restaurantes de la ciudad y con mas casas que la calle donde yo vivía, el señor era una persona muy tranquila y comprensiva, sin embargo se alteraba cuando algo no iba bien en sus negocios, de tal manera que no se opuso a que su hija estudiara en una preparatoria pública, ya que Dafne tenía la idea de que no necesitaba de un apoyo excesivo por parte de su familia, y que lo importante era conseguir sus metas comenzando desde abajo, y así siempre lo hizo. Iba en el salón de al lado también en la clase de inglés, quedé impactado con el brillo de sus ojos, con esa mirada, tan tierna, tan brillante, totalmente encantadora, que tenía un efecto narcótico sobre mi; así pasó la hora y media mas larga de mi vida y fuí el primero en abandonar el salón, olvidándome de anotar la tarea que dejó la Miss Duarte sobre “The best of my life”

Llevaba puesta una chamarra blanca que me regalaron cuando cumplí los 17, los jeans deslavados que tanto me gustaban, y que terminaron como bermuda años mas tarde, y unos Converse de lona negra. Ella recogía las cosas de su pupitre, mientras observaba como su pelo rozaba sus hombros; entonces pensé que decirle, ¿cómo acercarme a ella sin ser rechazado? tal vez si la invitaba a comer al Kaiten sushi, el restaurante de moda en la colonia Condesa, ¿y si la invitó a mi próximo partido de fut? O ¿a la fiesta de Fernan…
Hola! –Me dijo- ¿tienes un encendedor que me prestes?
Repentinamente se acercó a mí, no tuve que planear nada, la presa estaba ahí y solo tenía que apuntar correctamente y jalar del gatillo, así decía mi mejor amigo Fernando.
Ehhh… encende… ahh sí, permíteme –le dije un poco nervioso, y busqué en los 14 compartimentos de mi nueva mochila de la armada suiza, nunca supe para que quería tantos- aquí tienes.
Me llamo Dafne, Dafne Villaseñor –dijo con un tono dulce y a la vez seguro-
Yo soy Omar, Omar Ruíz –dije demasiado nervioso- ¡mucho gusto! Eres nueva ¿verdad?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oiga disculpe la ignorancia, pero no le entendi... ¿? ... any way... nos estamos leyendo =D

TObe dijo...

Debo decirle que me faltó poner un CONTINUARA... a esta historia :P