Ya estamos a unos 25 minutos de entrar a la segunda mitad del año y dentro de otras 26 semanas estaremos a 25 minutos de empezar un año nuevo. Qué rápido pasa el tiempo. Recuerdo como si fuera ayer cuando estaba celebrando mi cumpleaños en una fiesta de esas que no le deseo a nadie, neta. Aunque no es el peor cumpleaños de mi vida (el peor fue cuando traía una apolla del tamaño del Estadio Azteca en la planta del pie, producto de unos patines que me quedaban mal y mi necedad por usarlos de cualquier forma) si fue algo bien raro, con invitadas e invitados desconocidos que fueron más del 70 % de la asistencia y algo que fue la gota que derramó el vaso entre una amiga y su servidor. Qué cosas! También recuerdo mi viaje a Morelia y la paseada por el Lago de Pátzcuaro, y por supuesto, mi primera vez en Xochimilco. La huelga en la UAM; el último lugar del América; el vino con chela; el accidente de uno de mis mejores amigos y algunos otros subeybajas de esos que tiene la vida. Qué rápido se pasa el tiempo! ya no es la misma gente ni el mismo lugar ni las mismas cosas, todo tiende a cambiar en mayor o menor medida y para bien o para mal menos el paso constante del tiempo.
No ha sido la mejor ni la peor primera mitad de año que he vivído pero creo que ha sido una en la que más cosas he aprendido.
Esperemos que la segunda mitad esté mucho mejor.
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No ha sido la mejor ni la peor primera mitad de año que he vivído pero creo que ha sido una en la que más cosas he aprendido.
Esperemos que la segunda mitad esté mucho mejor.